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7 Segundos de Oscuridad

La memoria es una función del cerebro y, a la vez, un fenómeno de la mente que permite al organismo codificar, almacenar y recuperar información; surge como resultado de las conexiones sinápticas repetitivas entre las neuronas, lo que crea redes neuronales. El cerebro humano de un individuo adulto contiene unos 100.000 millones de neuronas y unos 100 billones de interconexiones entre éstas. A ciencia cierta nadie sabe la capacidad de memoria del cerebro, ya que no se dispone de ningún medio fiable para poder calcularla, las estimaciones varían entre 1 y 10 terabytes de almacenamiento, esto según Carl Sagan, es la capacidad de almacenar en nuestra mente una información equivalente a la de 10 billones de páginas de enciclopedia.
Por otra parte la amnesia es un trastorno del funcionamiento de la memoria, durante el cual el individuo es incapaz de conservar o recuperar información almacenada con anterioridad. Las causas de la amnesia pueden ser orgánicas o funcionales. Las orgánicas incluyen daño al cerebro, producido por enfermedades o traumas, o por uso de ciertas DROGAS. Las causas funcionales son factores psicológicos, como mecanismos de defensa para nuestro cerebro. En resumen, los tipos de amnesia pueden ser clasificados en función del rigor o los patrones de dicha pérdida de memoria.
Según su clasificación Cronológica puede ser
  • Amnesia anterógrada: Los nuevos eventos no son transferidos a la memoria a largo plazo, así que el que la sufre no será capaz de recordar nada que haya ocurrido después del inicio de este tipo de amnesia por más pequeño que sea un momento.
  • Amnesia retrógrada: No se recordarán eventos que hayan ocurrido antes del comienzo de la enfermedad.
De acuerdo a lo anteriormente descrito, existe una historia un tanto singular y es la de un genial ex-compositor y también ex-productor de un programa de radio. Este individuo se llama Clive Wearing; este es el caso de amnesia más extrema del que se tiene constancia. Todo comienza un día de marzo de 1985, Clive llegó a su casa con una fiebre intensa y una fuerte migraña. Tras permanecer en cama sin que los síntomas remitieran, una mañana salió coincidiendo con la ausencia de su mujer Deborah que estaba a su cuidado para ese momento. Perfectamente vestido y con un ejemplar del Times bajo el brazo desapareció durante todo el día. Preocupada, Deborah llamó a varias comisarías y hospitales de Londres, sin obtener resultado. Por fin recibió la llamada de una comisaría donde se encontraba su marido.

Después de este suceso pasó cuatro o cinco días en cama seriamente aturdido, hasta que una mañana su mujer comprobó que se encontraba en un estado cataléptico. El médico que lo examinó, después de llamar a una ambulancia para trasladarlo al hospital, dijo no haber conocido un caso semejante en toda su vida. En el hospital le hicieron toda clase de pruebas para determinar que era lo que le sucedía a Clive, hasta averiguar la causa: una infección de herpes simple tipo 2 (HSV-2).
Esta infección vírica se contagia por contacto sexual y puede derivar (como fue este caso) en una encefalitis, atacando al revestimiento cerebral y al cerebro mismo. El tratamiento le salvó la vida, pero los daños producidos en su hipocampo (zona encargada de registrar los recuerdos) serían irreversibles. Clive no recordaba prácticamente nada de su vida anterior y lo más grave, era incapaz de generar nuevos recuerdos. No recuerda a sus padres, su infancia, su adolescencia, el nacimiento de sus hijos, su segunda boda (con Deborah), su profesión; tan solo reconocía vagamente a Deborah, y en ciertas ocasiones, alguno de sus hijos.

Pero el infierno de Clive no se concretaba en este terrible aspecto. La incapacidad de generar nuevos recuerdos le impide ser consciente y diferenciar momentos anteriores del instante presente. Se comprobó que Clive tiene una consciencia de apenas siete segundos proximadamente, tras los cuales su mente volvía a quedarse en blanco, es decir, sin grabar nada de lo vivido anteriormente, partiendo nuevamente de cero. En cierta forma, Clive muere y nace de nuevo cada siete segundos. Lo primero que escribió en el diario que le entregaron con el fin de poder mantener cierta organización mental fue: “No puedo pensar absolutamente en nada”. La angustia y la ira fueron las emociones predominantes los primeros años tras sufrir la enfermedad.
Actualmente vive en un centro para enfermos mentales crónicos donde recibe los cuidados apropiados, sumido en una tranquilidad que ha ido conquistando su ánimo con los años. Cuando se le pregunta: ¿Que siente? - su respuesta es sorprendentemente lúcida para un hombre con sus carencias: “Son los primeros seres humanos que veo desde mi enfermedad… No distingo el día de la noche, no tengo sueños cuando duermo… Mi estado es lo mismo que estar muerto.
A continuación pueden observar, un video de la vida de este personaje:
Videos tu.tv

2 comments:

Ktdra ROCK dijo...

Motheeeeerrrrrfffaqqqqqqq ... este es el tipo de Memento a la n potencia, demasiado depinga el articulo hermano

AJ dijo...

Eso mismo pensé, de echo el fue uno de los modelos de inspiración, ya que fue conocido hace muchos años por otro documental de su vida...

 
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